CAPITULO VI
EL INSTITUTO
Poco tardé en llegar a casa, mis piernas
parecían moverse por inercia, guiadas por una voluntad que no manejaba, quizá
por miedo o quizá por otro sentimiento que aún desconocía. Mi cabeza no paraba
de rememorar una y otra vez cada acontecimiento vivido, los ojos del acosador
me atormentaban, su mirada, su olor, su cuerpo, hacían que mi pecho doliera de
tanta preocupación. Sin embargo, lo que me tenía peor era Rose ¿Dónde se podría
haber metido? ¿Se habría ido para siempre?... Acaso ¿Ya no volvería a verla
nunca más?
Llegué a la entrada pero no pude avanzar más, Rossette
se encontraba en la puerta de entrada, tenía una mirada algo perdida y
preocupada pero al verme aparecer su rostro volvió a dibujar la sonrisa que
siempre tenía para mí. Llevaba puesto un hermoso vestido elasticado que
resaltaban las perfectas curvaturas de su cuerpo, no preguntó nada con respecto
a mi salida, tan sólo se limitó a saludarme y pedirme que subiera al carro. Me
esperaba para que nos fuéramos pronto al Instituto:
- Elena, ¿En qué piensas inscribirte? – preguntó
repentinamente cuando ambas estuvimos sentadas y listas para partir.
- Mmmm… quería hablar contigo de eso, estuve pensándolo y la verdad es que aún no sé
muy bien en lo que debo inscribirme, ya sabes que nunca esperé aprender nada
más allá de lo que me impartieron en el orfanato – tomé una pausa para ordenar
mis ideas – pero ustedes me están dando esta oportunidad y no quiero
desaprovecharla, aún así mis gustos siempre han sido tan extraños que pienso
quizás no encaje en ninguna de las carreras que se impartan.
Lo que decía era sólo la verdad, la oportunidad
de estudiar me llegó de un momento a otro, sin darme tiempo de pensar o meditar
sobre cuál era el camino que debía seguir, era extraño que recién hablara de
esto, pero desde que llegué que no se ha presentado un solo momento indicado
para hablar del tema, no tenía a nadie tampoco a quien preguntarle ¿Qué diría
si necesitan saber en lo que soy buena?, ¿Debería responder que pasé la mitad
de mi infancia siendo poseía por extraños seres y la otra mitad intentando
olvidarlo en oscuros y fríos hospitales?, hablando con la verdad no tenía
grandes talentos en ningún área, me gustaba leer y escribir en mis ratos libres
pero dejé de hacerlo por un tiempo cuando llegué al orfanato, quizá era porque
me sentía mejor cuando me encontraba con Lu… maldita sea, lo había hecho de
nuevo.
- Elena – dijo Rossete sacándome de la hipnosis
en la que de pronto sucumbí - no quiero presionarte a que estudies nada en
absoluto, pero hay una carrera en la que creo puedes encajar perfectamente.
- ¿Cuál? – pregunté algo ansiosa.
- ¿No has pensado que la mejor carrera para ti
sin duda es… siquiatría…?
Creo que me quedé mirándola con una cara muy
extraña luego que me dijo eso porque agregó rápidamente.
- No pienses que me estoy burlando de ti mi
niña, no es eso en absoluto, pero es que mira, a pesar de que no lo admitas
directamente, el Sr. Knight me dijo que eras muy buena alumna, nunca reprobaste
ninguno de los ramos que se impartieron, eres ordenada y aplicada, siempre
estas escuchando y observando a la gente de una forma muy extraña, como si
supieras de antes lo que ocultan, eres tranquila y equilibrada…
- Y estuve internada en el ala de siquiatría la
mitad de mi infancia… - agregué irónicamente – Perdón por ser tan dura, pero
creo que es irreal pensar que podrían dejarme estudiar una carrera como esa, es
cierto en que sería increíble estudiar un tema que conozco a profundidad (en
mis años de experiencia pude conocer a prácticamente todos los enfermos del
ala), creo que sería asombroso poder ayudar a chicos con problemas, y entender
realmente lo que les sucede, no como hicieron con… - me frené un poco, estaba
hablando demasiado - pero una universidad nunca aceptaría algo así…
- Esta no es cualquier universidad, aquí puedes
estudiar lo que tú quieras Elena – respondió ella.
¿Estudiar siquiatría?, hasta pensarlo parecía
una locura, pero… ¿Enserio aquí era posible?
Luego de 10 minutos llegamos al lugar y, como lo
suponía desde un principio, se trataba de un enorme palacete de varias
hectáreas de terreno, con ese estilo gótico que caracterizaba a las casas de
por aquí. Pude ver además lo poco poblado que estaba el lugar, las calles de la
periferia estaban conectadas hacia las entradas de cada casa y casi no había
centros comerciales o tiendas, pero al igual que dentro de la casa de Rossette,
la elegancia y majestuosidad en el ambiente me hacían sentir como siempre algo
insignificante, perdida dentro de uno de los cuentos que leía a Claus, más aún
siendo la “huérfana adoptada por su tía” dentro de Ravenholm.
Entré y
nos dirigimos hacia la oficina del director, nada allí me resultaba siquiera
semejante a lo que recordaba de una oficina, todo estaba lleno de cuadros y
trofeos de metal, las paredes estaban adornadas con excéntricos objetos, pero
uno en especial llamaba la atención entre los demás, la imagen de un ser que
parecía ser un hombre lobo o… no, más bien era como esa otra criatura, no podía
recordar su nombre, pero tenía una imagen muy nítida en mi cabeza sobre cómo
era, con esos grandes colmillos y esos ojos color sangre, aunque eso no era
todo, la escena también la ocupaba otro personaje, un hombre de gran sombrero
con una estaca en su mano, ambos en posición defensiva asimilaban al ying y el
yang de la cultura oriental, me perdí mirando aquella extraña imagen, una
sensación de intranquilidad que no había sentido antes parecía alojarse en
alguna parte de mente, o mi alma.
No esperamos mucho y nos hicieron pasar al
despacho principal, ahí estaba él, sentado y con una gran sonrisa.
¡Cuán diferente resultó ser aquel personaje de
mi antigua directora del orfanato!, amable y carismático, parecía agradarle
todo lo que mi tía le contaba.
- Así es, que como le dije por teléfono, Sr.
Director, Elena vino hoy a ver lo de su inscripción.
- Claro, claro, ¿Y qué quiere estudiar la señorita?
– preguntó dirigiéndome una gran sonrisa.
- He… he… - no supe qué responder, a pesar de lo
que me había dicho Rossette no tenía la confianza como para decir
descaradamente que quería siquiatría.
- Elena quiere siquiatría… - se apresuró a
responder ella.
Miré hacia otro lado con algo de vergüenza, la
verdad era que no quería escuchar salir de su boca las palabras “historial
clínico” e “incapacitada”, sería muy doloroso tener que pasar nuevamente por
todo el problema de ”mis limitaciones” ¿Por qué no le habría dicho eso a
Rossette desde un comienzo?
- Perfecto, entonces la carrera que debes
escoger es medicina. Luego de eso puedes hacer la especialidad en siquiatría,
no muchos estudian esa carrera por lo que sería de gran ayuda para esta ciudad.
¿Hu? ¿Acaso había escuchado bien? No, no podía
ser. Lo miré para cerciorarme de que me encontraba en un error, sin embargo,
ahí estaba él, con la misma sonrisa que el comienzo, firmando unos papeles que
tenían por título “inscripción especial mitad de semestre”.
El resto de las cosas pasaron casi sin darme
tiempo de entender lo que ocurría, llené un pequeño formulario, nada de papeles
o identificaciones, sólo mi nombre, un timbre, un apretón de manos y ya estaba,
era la nueva estudiante-especial-de-mitad-de-semestre.
Salimos del despacho y esperé a que mi tía
terminara de hablar con la secretaria, al verme tan sorprendida creo que se
alarmó un poco e intentó calmarme.
- Te dije que no habría problema Elena, aquí todos
pueden ingresar, lo que tienes que probar ahora es que mereces estar en esa
carrera.
- Si… - “mereces estar en esa carrera”, pensé un
rato en lo que esas palabras querrían decirme…
Lo siguiente era irnos, pero nos invitaron a dar
una vuelta para conocer el instituto por dentro y con Rossette acordamos en que
sería buena idea para ir ambientándome al lugar. En eso se nos fue prácticamente
toda la tarde ya que recorrer un lugar como ese era una tarea más que ardua,
sobre todo por las conexiones y pasillos medievales que había dentro de él.
Cuando ya llevábamos un rato de paseo, una gran
ventana que se encontraba en uno de los costados del pasillo dejó entre ver el
extenso patio con el que contaba el recinto, además de un sector en el que se
divisaba un pequeño bosque.
- ¿Qué hay ahí? – le pregunté al guía apuntando
hacia el escondido pedazo de terreno.
- ¿Ese?, La verdad es que es un lugar para que
los alumnos descansen, pero no es muy utilizado ya que es muy oscuro, frío y
húmedo, sobre todo en esta época del año – aclaró el hombre.
- Ah, ya veo… – pero a pesar de lo que pudiera
decir ya me había fascinado lo apartado y pacífico que se veía la sombra de
todos aquellos grandes árboles y pensé que podría pasar mi tiempo ahí desde el
primer día de clases.
- ¿Cuándo comienzo con las clases? – pregunté
antes que lo olvidara.
- Me parece perfecto – concluí con una sonrisa.
Realmente era perfecto. Hace tanto tiempo que no
pisaba un colegio que ya estaba deseosa de aprender ¿Cómo serían mis compañeros
de clases? ¿Qué clase de recibimiento tendría? No debía esperar nada en
particular, claro, quizá sucedería lo de siempre, pero esta vez tenía esa
ligera esperanza que antes creí perdida.
A penas terminó el recorrido nos fuimos a la
casa, todo el ajetreo me habían hecho olvidar que Rose aún no daba señales de
vida – qué extraña e irónica suena esa frase – pensé. Quise llegar pronto a mí
cuarto para descansar un rato pero eso parecía una tarea bastante más difícil
de lo que imaginé, antes de poder siquiera entrar, ya era arrastrada por
Elizabeth hacia su habitación.
- ¿Qué pasa? – pregunté algo aturdida cuando
estuvimos dentro.
- ¡Te dije que hoy era la fiesta! ¿Por qué te
demoraste tanto en llegar?
No estaba molesta, sino impaciente, tanta era la
impaciencia que me había preparado todo para que cuando llegara, sólo me
preocupara de arreglarme y así salir rápido.
- Perdón, nos retrasamos un poco porque quise
ver el instituto ¿Ahí estudias tu también no?
- Si, ahí sólo estudio yo porque mi hermano se
las da de vago…
- ¿He? ¿Hermano? – pregunté más que sorprendida.
- ¡Elena! Deja de distraerte con tantas
insignificancias, no podemos llegar tarde, ahora, ¡ve a vestirte!
Obedecí ante tanta insistencia, quizá después
pudiera contarme lo del hermano, de todas formas por lo visto ni siquiera vivía
aquí.
- ¿Por qué es tan importante que lleguemos
rápido? – pregunté mientras me sacaba lo que llevaba puesto.
- Porque… - se sonrojó un poco al tratar de contestar
– pues porque hoy llega mi futuro esposo, y quiero estar ahí cuando eso suceda.
- ¡¿Qué?! ¡¿Esposo?! – Grité saltando de la cama
en la que me había acomodado - ¿Ya estas comprometida?
¿Cómo es que siendo tan joven ella ya se había
comprometido en matrimonio? - Acaso no hay que esperar a… - no supe la
respuesta, ¿A qué precisamente se esperaba para casarse?
- No lo digas de esa forma Elena, debido a que
no nos conocemos mucho y no hemos podido conversar adecuadamente es que no
sabes sobre mi relación con Nathan, pero realmente llevamos mucho juntos y era
cuestión de tiempo para que pasáramos a ese nivel.
- ¿Lo amas? – pregunté antes de darme cuenta de
lo impertinente que eso resultaba.
- Lo amo… lo amo con todo mi corazón, ha sido mi
compañero toda la vida, me gustaría que lo conocieras y por eso… ¡necesito que
te apures! – dijo con una gran y graciosa sonrisa que me hizo sonreír también.
Ah, claro, ahora entendía a esta persona un poco
más que antes, sabía algo importante de la tan hermosa y perfecta prima que
tenía, ¿Quién se hubiese imaginado algo así? En su boca la palabra “te amo”
sonó tan pura y cálida que me pregunté si alguna vez también yo podría
pronunciarlas hacia alguien especial – imposible – suspiré. Me animé después de
esta pequeña pero productiva conversación y hasta pensé que sería una buena
idea salir un rato a despejarme, conocería además gente nueva y podría
relacionarme con ellos como alguien más normal y quizá si tenía suerte
encontraría un agradable anfitrión con quién hablar.
Terminé de ponerme un poco de perfume y salí a
encontrar a mi prima que había esperado afuera. Me sentía algo extraña con el
vestido que ella misma había escogido para mí pero no le dije nada ya que su
impaciencia en estos pocos minutos había ido en aumento y el aura asesina que
brotaba de ella era lejos lo más temible que había visto en mi vida.
-¿Ya estas listas o debo seguir esperando? –
dijo volteándose hacia mí, pero cuando me vio su expresión cambió totalmente –
argh!, ¡Intento enojarme contigo pero justo ahora te ves tan hermosa con eso
que escogí para ti que es imposible!
- Gracias… - respondí algo sorprendida - Aunque me siento
un poco extraña, nunca había usado esta clase de vestido.
- No te preocupes, te queda perfecto, y no
olvides tu antifaz.
- Ah, claro, la fiesta es con antifaz.
- ¿Divertido no?
Se apresuró a llevarme al auto que nos esperaba
afuera. El chofer, serio como siempre, condujo hasta una gran residencia a unos
cinco minutos de nuestra casa y nos dejó en la entrada. Elizabeth esperó a que
este nos abriera y salió rápidamente hasta el camino que conducía a la puerta
de entrada, desde allí comenzó a hacer señas para que la siguiera, yo intenté
obedecerla, pero me fue imposible.
Mis piernas, al momento de tocar el suave césped
del lugar, comenzaron un progresivo temblor con el que estuve a punto de caer; Ryan, al verme tambalear, me tomó
toscamente del brazo y preguntó si me sentía bien.
-
Estoy bien, gracias. – Mentí e intenté volver a tomar el control de mi cuerpo.
Me
miró unos minutos, incrédulo de mis palabras, pero ante mi negativa dio un paso
al lado - vamos Elena, camina – me dije
para darme seguridad. Y lo logré.
PANCHII: TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANTO TIEMPO SIN ESCRIBIR U.U, soy tan miserable, lo sé, pero no me permitiré dimitir ahora, "si se hace algo se hace bien", por lo menos algo aprendí de la vida y es que hay que finalizar para empezar, y yo voy a terminar mi libro, que ya tiene toda la pinta de ser de más de 100 hojas en mi word, por favor, se los ruego, SIGAN LEYENDO, no se rindan conmigo!, son mi motivación para escribir y lamento tanto la espera.
¡Quiero leer mas! *O* por favor jajaja esta yendo muy bien e interesante la trama de esta historia ... Saludos !!
ResponderEliminar@Hana Sakura ~
ResponderEliminarAHHHHHHHH!!! Me encantan tus comentarios, me motivan muchisimo, no sabes cuánto, gracias por todo y ya que me queda tan poco para salir de vacaciones, espero tener más tiempo para avanzar y finalizar varios proyectos, saludos!