lunes, marzo 18

Untitle Capitulo 6: El Instituto.



                                                   CAPITULO VI                                                   
EL INSTITUTO

Poco tardé en llegar a casa, mis piernas parecían moverse por inercia, guiadas por una voluntad que no manejaba, quizá por miedo o quizá por otro sentimiento que aún desconocía. Mi cabeza no paraba de rememorar una y otra vez cada acontecimiento vivido, los ojos del acosador me atormentaban, su mirada, su olor, su cuerpo, hacían que mi pecho doliera de tanta preocupación. Sin embargo, lo que me tenía peor era Rose ¿Dónde se podría haber metido? ¿Se habría ido para siempre?... Acaso ¿Ya no volvería a verla nunca más?
Llegué a la entrada pero no pude avanzar más, Rossette se encontraba en la puerta de entrada, tenía una mirada algo perdida y preocupada pero al verme aparecer su rostro volvió a dibujar la sonrisa que siempre tenía para mí. Llevaba puesto un hermoso vestido elasticado que resaltaban las perfectas curvaturas de su cuerpo, no preguntó nada con respecto a mi salida, tan sólo se limitó a saludarme y pedirme que subiera al carro. Me esperaba para que nos fuéramos pronto al Instituto:
- Elena, ¿En qué piensas inscribirte? – preguntó repentinamente cuando ambas estuvimos sentadas y listas para partir.
- Mmmm… quería hablar contigo de eso,  estuve pensándolo y la verdad es que aún no sé muy bien en lo que debo inscribirme, ya sabes que nunca esperé aprender nada más allá de lo que me impartieron en el orfanato – tomé una pausa para ordenar mis ideas – pero ustedes me están dando esta oportunidad y no quiero desaprovecharla, aún así mis gustos siempre han sido tan extraños que pienso quizás no encaje en ninguna de las carreras que se impartan.
Lo que decía era sólo la verdad, la oportunidad de estudiar me llegó de un momento a otro, sin darme tiempo de pensar o meditar sobre cuál era el camino que debía seguir, era extraño que recién hablara de esto, pero desde que llegué que no se ha presentado un solo momento indicado para hablar del tema, no tenía a nadie tampoco a quien preguntarle ¿Qué diría si necesitan saber en lo que soy buena?, ¿Debería responder que pasé la mitad de mi infancia siendo poseía por extraños seres y la otra mitad intentando olvidarlo en oscuros y fríos hospitales?, hablando con la verdad no tenía grandes talentos en ningún área, me gustaba leer y escribir en mis ratos libres pero dejé de hacerlo por un tiempo cuando llegué al orfanato, quizá era porque me sentía mejor cuando me encontraba con Lu… maldita sea, lo había hecho de nuevo.   
- Elena – dijo Rossete sacándome de la hipnosis en la que de pronto sucumbí - no quiero presionarte a que estudies nada en absoluto, pero hay una carrera en la que creo puedes encajar perfectamente.
- ¿Cuál? – pregunté algo ansiosa.
- ¿No has pensado que la mejor carrera para ti sin duda es… siquiatría…?
Creo que me quedé mirándola con una cara muy extraña luego que me dijo eso porque agregó rápidamente.
- No pienses que me estoy burlando de ti mi niña, no es eso en absoluto, pero es que mira, a pesar de que no lo admitas directamente, el Sr. Knight me dijo que eras muy buena alumna, nunca reprobaste ninguno de los ramos que se impartieron, eres ordenada y aplicada, siempre estas escuchando y observando a la gente de una forma muy extraña, como si supieras de antes lo que ocultan, eres tranquila y equilibrada…
- Y estuve internada en el ala de siquiatría la mitad de mi infancia… - agregué irónicamente – Perdón por ser tan dura, pero creo que es irreal pensar que podrían dejarme estudiar una carrera como esa, es cierto en que sería increíble estudiar un tema que conozco a profundidad (en mis años de experiencia pude conocer a prácticamente todos los enfermos del ala), creo que sería asombroso poder ayudar a chicos con problemas, y entender realmente lo que les sucede, no como hicieron con… - me frené un poco, estaba hablando demasiado - pero una universidad nunca aceptaría algo así…
- Esta no es cualquier universidad, aquí puedes estudiar lo que tú quieras Elena – respondió ella.
¿Estudiar siquiatría?, hasta pensarlo parecía una locura, pero… ¿Enserio aquí era posible?
Luego de 10 minutos llegamos al lugar y, como lo suponía desde un principio, se trataba de un enorme palacete de varias hectáreas de terreno, con ese estilo gótico que caracterizaba a las casas de por aquí. Pude ver además lo poco poblado que estaba el lugar, las calles de la periferia estaban conectadas hacia las entradas de cada casa y casi no había centros comerciales o tiendas, pero al igual que dentro de la casa de Rossette, la elegancia y majestuosidad en el ambiente me hacían sentir como siempre algo insignificante, perdida dentro de uno de los cuentos que leía a Claus, más aún siendo la “huérfana adoptada por su tía” dentro de Ravenholm.
  Entré y nos dirigimos hacia la oficina del director, nada allí me resultaba siquiera semejante a lo que recordaba de una oficina, todo estaba lleno de cuadros y trofeos de metal, las paredes estaban adornadas con excéntricos objetos, pero uno en especial llamaba la atención entre los demás, la imagen de un ser que parecía ser un hombre lobo o… no, más bien era como esa otra criatura, no podía recordar su nombre, pero tenía una imagen muy nítida en mi cabeza sobre cómo era, con esos grandes colmillos y esos ojos color sangre, aunque eso no era todo, la escena también la ocupaba otro personaje, un hombre de gran sombrero con una estaca en su mano, ambos en posición defensiva asimilaban al ying y el yang de la cultura oriental, me perdí mirando aquella extraña imagen, una sensación de intranquilidad que no había sentido antes parecía alojarse en alguna parte de mente, o mi alma.
No esperamos mucho y nos hicieron pasar al despacho principal, ahí estaba él, sentado y con una gran sonrisa.
¡Cuán diferente resultó ser aquel personaje de mi antigua directora del orfanato!, amable y carismático, parecía agradarle todo lo que mi tía le contaba.
- Así es, que como le dije por teléfono, Sr. Director, Elena vino hoy a ver lo de su inscripción.
- Claro, claro, ¿Y qué quiere estudiar la señorita? – preguntó dirigiéndome una gran sonrisa.
- He… he… - no supe qué responder, a pesar de lo que me había dicho Rossette no tenía la confianza como para decir descaradamente que quería siquiatría.
- Elena quiere siquiatría… - se apresuró a responder ella.
Miré hacia otro lado con algo de vergüenza, la verdad era que no quería escuchar salir de su boca las palabras “historial clínico” e “incapacitada”, sería muy doloroso tener que pasar nuevamente por todo el problema de ”mis limitaciones” ¿Por qué no le habría dicho eso a Rossette desde un comienzo?
- Perfecto, entonces la carrera que debes escoger es medicina. Luego de eso puedes hacer la especialidad en siquiatría, no muchos estudian esa carrera por lo que sería de gran ayuda para esta ciudad.
¿Hu? ¿Acaso había escuchado bien? No, no podía ser. Lo miré para cerciorarme de que me encontraba en un error, sin embargo, ahí estaba él, con la misma sonrisa que el comienzo, firmando unos papeles que tenían por título “inscripción especial mitad de semestre”.
El resto de las cosas pasaron casi sin darme tiempo de entender lo que ocurría, llené un pequeño formulario, nada de papeles o identificaciones, sólo mi nombre, un timbre, un apretón de manos y ya estaba, era la nueva estudiante-especial-de-mitad-de-semestre.
Salimos del despacho y esperé a que mi tía terminara de hablar con la secretaria, al verme tan sorprendida creo que se alarmó un poco e intentó calmarme.
- Te dije que no habría problema Elena, aquí todos pueden ingresar, lo que tienes que probar ahora es que mereces estar en esa carrera.
- Si… - “mereces estar en esa carrera”, pensé un rato en lo que esas palabras querrían decirme…
Lo siguiente era irnos, pero nos invitaron a dar una vuelta para conocer el instituto por dentro y con Rossette acordamos en que sería buena idea para ir ambientándome al lugar. En eso se nos fue prácticamente toda la tarde ya que recorrer un lugar como ese era una tarea más que ardua, sobre todo por las conexiones y pasillos medievales que había dentro de él.
Cuando ya llevábamos un rato de paseo, una gran ventana que se encontraba en uno de los costados del pasillo dejó entre ver el extenso patio con el que contaba el recinto, además de un sector en el que se divisaba un pequeño bosque.
- ¿Qué hay ahí? – le pregunté al guía apuntando hacia el escondido pedazo de terreno.
- ¿Ese?, La verdad es que es un lugar para que los alumnos descansen, pero no es muy utilizado ya que es muy oscuro, frío y húmedo, sobre todo en esta época del año – aclaró el hombre.
- Ah, ya veo… – pero a pesar de lo que pudiera decir ya me había fascinado lo apartado y pacífico que se veía la sombra de todos aquellos grandes árboles y pensé que podría pasar mi tiempo ahí desde el primer día de clases.
- ¿Cuándo comienzo con las clases? – pregunté antes que lo olvidara.
 - La verdad es que las clases ya empezaron por lo que puedes venir a contar de mañana mismo ¿Qué te parece?
- Me parece perfecto – concluí con una sonrisa.
Realmente era perfecto. Hace tanto tiempo que no pisaba un colegio que ya estaba deseosa de aprender ¿Cómo serían mis compañeros de clases? ¿Qué clase de recibimiento tendría? No debía esperar nada en particular, claro, quizá sucedería lo de siempre, pero esta vez tenía esa ligera esperanza que antes creí perdida.
A penas terminó el recorrido nos fuimos a la casa, todo el ajetreo me habían hecho olvidar que Rose aún no daba señales de vida – qué extraña e irónica suena esa frase – pensé. Quise llegar pronto a mí cuarto para descansar un rato pero eso parecía una tarea bastante más difícil de lo que imaginé, antes de poder siquiera entrar, ya era arrastrada por Elizabeth hacia su habitación.
- ¿Qué pasa? – pregunté algo aturdida cuando estuvimos dentro.
- ¡Te dije que hoy era la fiesta! ¿Por qué te demoraste tanto en llegar?
No estaba molesta, sino impaciente, tanta era la impaciencia que me había preparado todo para que cuando llegara, sólo me preocupara de arreglarme y así salir rápido.
- Perdón, nos retrasamos un poco porque quise ver el instituto ¿Ahí estudias tu también no?
- Si, ahí sólo estudio yo porque mi hermano se las da de vago…
- ¿He? ¿Hermano? – pregunté más que sorprendida.
- ¡Elena! Deja de distraerte con tantas insignificancias, no podemos llegar tarde, ahora, ¡ve a vestirte!
Obedecí ante tanta insistencia, quizá después pudiera contarme lo del hermano, de todas formas por lo visto ni siquiera vivía aquí.
- ¿Por qué es tan importante que lleguemos rápido? – pregunté mientras me sacaba lo que llevaba puesto.
- Porque… - se sonrojó un poco al tratar de contestar – pues porque hoy llega mi futuro esposo, y quiero estar ahí cuando eso suceda.
- ¡¿Qué?! ¡¿Esposo?! – Grité saltando de la cama en la que me había acomodado - ¿Ya estas comprometida?
¿Cómo es que siendo tan joven ella ya se había comprometido en matrimonio? - Acaso no hay que esperar a… - no supe la respuesta, ¿A qué precisamente se esperaba para casarse?
- No lo digas de esa forma Elena, debido a que no nos conocemos mucho y no hemos podido conversar adecuadamente es que no sabes sobre mi relación con Nathan, pero realmente llevamos mucho juntos y era cuestión de tiempo para que pasáramos a ese nivel.
- ¿Lo amas? – pregunté antes de darme cuenta de lo impertinente que eso resultaba.
- Lo amo… lo amo con todo mi corazón, ha sido mi compañero toda la vida, me gustaría que lo conocieras y por eso… ¡necesito que te apures! – dijo con una gran y graciosa sonrisa que me hizo sonreír también.
Ah, claro, ahora entendía a esta persona un poco más que antes, sabía algo importante de la tan hermosa y perfecta prima que tenía, ¿Quién se hubiese imaginado algo así? En su boca la palabra “te amo” sonó tan pura y cálida que me pregunté si alguna vez también yo podría pronunciarlas hacia alguien especial – imposible – suspiré. Me animé después de esta pequeña pero productiva conversación y hasta pensé que sería una buena idea salir un rato a despejarme, conocería además gente nueva y podría relacionarme con ellos como alguien más normal y quizá si tenía suerte encontraría un agradable anfitrión con quién hablar.
Terminé de ponerme un poco de perfume y salí a encontrar a mi prima que había esperado afuera. Me sentía algo extraña con el vestido que ella misma había escogido para mí pero no le dije nada ya que su impaciencia en estos pocos minutos había ido en aumento y el aura asesina que brotaba de ella era lejos lo más temible que había visto en mi vida.
-¿Ya estas listas o debo seguir esperando? – dijo volteándose hacia mí, pero cuando me vio su expresión cambió totalmente – argh!, ¡Intento enojarme contigo pero justo ahora te ves tan hermosa con eso que escogí para ti que es imposible!  
- Gracias…  - respondí algo sorprendida - Aunque me siento un poco extraña, nunca había usado esta clase de vestido.
- No te preocupes, te queda perfecto, y no olvides tu antifaz.
- Ah, claro, la fiesta es con antifaz.
- ¿Divertido no?
Se apresuró a llevarme al auto que nos esperaba afuera. El chofer, serio como siempre, condujo hasta una gran residencia a unos cinco minutos de nuestra casa y nos dejó en la entrada. Elizabeth esperó a que este nos abriera y salió rápidamente hasta el camino que conducía a la puerta de entrada, desde allí comenzó a hacer señas para que la siguiera, yo intenté obedecerla, pero me fue imposible.
Mis piernas, al momento de tocar el suave césped del lugar, comenzaron un progresivo temblor con el que estuve a punto de caer; Ryan, al verme tambalear, me tomó toscamente del brazo y preguntó si me sentía bien.
- Estoy bien, gracias. – Mentí e intenté volver a tomar el control de mi cuerpo.
Me miró unos minutos, incrédulo de mis palabras, pero ante mi negativa dio un paso al lado -  vamos Elena, camina – me dije para darme seguridad. Y lo logré.


PANCHII: TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANTO TIEMPO SIN ESCRIBIR U.U, soy tan miserable, lo sé, pero no me permitiré dimitir ahora, "si se hace algo se hace bien", por lo menos algo aprendí de la vida y es que hay que finalizar para empezar, y yo voy a terminar mi libro, que ya tiene toda la pinta de ser de más de 100 hojas en mi word, por favor, se los ruego, SIGAN LEYENDO, no se rindan conmigo!, son mi motivación para escribir y lamento tanto la espera. 

2 comentarios:

  1. ¡Quiero leer mas! *O* por favor jajaja esta yendo muy bien e interesante la trama de esta historia ... Saludos !!

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  2. @Hana Sakura ~

    AHHHHHHHH!!! Me encantan tus comentarios, me motivan muchisimo, no sabes cuánto, gracias por todo y ya que me queda tan poco para salir de vacaciones, espero tener más tiempo para avanzar y finalizar varios proyectos, saludos!

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Gracias! *.*, justo ahora haz usado tu tiempo en hacer feliz a una persona :D